El niño manipulador
Una noche mi esposa y yo salimos a cenar con
Margarita y su pequeño de apenas 12 meses a quien llamare Iván. El era un niño muy enérgico y tenía mucha
dificultad para mantenerse quieto, algo común en los niños de su edad. Me llamo a atención la manera como Iván
lograba dominar todo el ambiente donde se encontrase. Debía ser el centro de atención
de su madre y buscaba constantemente esa atención ya sea por medio de gritos,
rabietas o violentamente. El decidía lo que comería o lo que haría con lo que
su madre pidiera para él. De hecho, comenzó a jugar con el puré de papa tirándolo
al piso del restaurant y negándose a comer de él. Si su madre o nosotros tratábamos de
disuadirlo para que cambiara ese comportamiento estallaba en gritos y hasta rechinaba
los dientes con rabia. La madre se
esforzaba por calmarlo y solo lo lograba cuando el niño se salía con la
suya.
El niño de esta historia es un niño manipulador,
que logra que sus padres hagan todo lo que el desea. Aun a su corta edad el puede decidir la hora
en que va a dormir, se niega a dormir en su cuna ya que prefiere dormir con sus
padres y sentirse en control. Temprano aprendió
que puede manipular a sus padres asumiendo que ellos y todos los demás existían
para complacerle en sus deseos.
Pero, debemos preguntarnos: ¿dónde aprendió Iván y
otros bebes a manipular? Sera que descubrió desde que nació que sus padres estarían
allí para atenderlo tan pronto el estallara en llantos? ¿Supo usar el llanto
para alcanzar sus caprichos?
Si revisamos nuestra interacción con nuestro hijo nos daremos cuenta
de que en varias ocasiones el ha logrado que cedamos a sus caprichos con solo comenzar
a llorar descontroladamente y tirarse al suelo. Esa conducta nos angustia y para que se
termine el berrinche le concedemos los que quiere. Cuando un bebé nota que mamá
o papá está estresado o con ansiedad y accede ante su pedido, continúa
dicha práctica.
Algunos expertos en conducta infantil dicen que
muchos padres enseñan a sus hijos a ser manipuladores sin quererlo sentándoles ellos
el mal ejemplo. ¿Cuándo el padre o la
madre le dice a su bebe “comete toda la comida o sino viene el coco y te va a
comer”, será esta una forma de manipularlo? Otras frases pudieran ser:
· Si me das un beso te doy un dulce
· Ven a abrazarme y te voy a dar mi celular.
· Si no pones el pijama no te dejare ver la televisión.
· Si sigues haciendo ruido te voy a llevar a la policía.
· Deja de llorar que esa señora va a pensar que eres llorón.
Comete toda la comida o sino el viejo que se roba a los niños te va a llevar
· Ven a abrazarme y te voy a dar mi celular.
· Si no pones el pijama no te dejare ver la televisión.
· Si sigues haciendo ruido te voy a llevar a la policía.
· Deja de llorar que esa señora va a pensar que eres llorón.
Comete toda la comida o sino el viejo que se roba a los niños te va a llevar
A
algunos padres les cuesta confrontar estas conductas manipuladoras de sus hijos
por temor a que estos los rechacen. Para las madres esto presenta un gran desafío
ya que su instinto maternal le lleva a buscar siempre el bienestar de sus hijos
en todos los aspectos. Ellas lo llevaron
en su vientre nueve meses y desde su nacimiento su bienestar siempre ha sido la
felicidad del pequeño. Aunque estos
sentimientos son muy buenos hay que tener cuidado de no permitir que este sentimiento
las haga vulnerables o débiles ante las
exigencias y manipulaciones de los pequeños.
Los niños a edad temprana ya
saben cómo conseguir lo que quieren de los padres, porque su mecanismo es llamar la atención. “En principio, se trata de conductas normales que les
sirven para adaptarse al ambiente. Pero el problema está servido cuando al
analizar dichas conductas, éstas van asociadas a un acentuado grado de antojo,
capricho, salirse con la suya, desgaste de los padres o abuelos para conseguir
lo que quieren. La gran perseverancia y la tenacidad características de la
infancia hacen el resto”, expone el psicólogo y terapeuta familiar Ángel Peralbo,
en Tu Pediatra nº 38
Entre las
formas mas comunes de manipular de un menor son diversas. Van desde
lágrimas falsas, berrinches, gritos, violencia, decirte que no te quiere o ser
selectivo con cómo y qué va a comer.
Por su parte, la psicologa María Josefina
Hevia L., de CESMERR, considera que la manipulación
infantil está presente durante el desarrollo de la
vida de un niño. Es decir, ya que solo con el llanto puede hacer a
mamá o papá que no lo deje en el cuna y lo lleva de nuevo a sus brazos.
Pero, conforme pasa el tiempo, Hevia explica que el pequeño que tiene dos
años usa la manipulación como una lucha de poder.
¿Que hacer cuando nuestro
hijo trate de manipularnos?
Cuando el niño utilice este tipo de conductas manipuladoras es
muy importante que los padres no cedan ante ellas. Deben
enseñarle a su hijo que con la manipulación no van a obtener ningún beneficio.
Para lograr esto los padres deben tener control de sus emociones y ser firmes
en sus postura de no ceder a su manipulación.
Deben permanecer tranquilos. Es importante que el niño perciba que no logrado desestabilizar
emocionalmente a sus padres.
Es necesario que el niño aprenda que con esos comportamientos no
va a lograr nada. No preste atención a su
conducta. Solo debemos volver a
prestarle atención y comunicarnos con el cuando esa conducta inadecuada haya cesado.
Debemos comunicarnos eficazmente con nuestros hijos y explicarles
claramente cual es la manera correcta de pedir las cosas y además, debemos enseñarle a reconocer que no
siempre recibirán lo que deseen.
Debemos equilibrar los límites, la disciplina y el amor. La
disciplina es sumamente necesaria para ayudar a nuestros hijos a vivir dentro
de esos límites.
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