Podemos expresar que la enseñanza tiene dos pilares básicos que es el aprendizaje cognitivo (donde tienen importancia los contenidos del tema a enseñar) y el aprendizaje emocional (donde aparece el grado de relación de ese conocimiento del propio alumno con él mismo, con su docente y con la sociedad).
La vieja enseñanza priorizaba el primer concepto, siendo la docencia una simple herramienta para transmitir conocimientos, separado de cualquier relación emocional con el alumno.
Si así fuese, ya no sería necesario la comunicación bidireccional entre alumno-docente, y por ejemplo, con el aporte de los libros sería suficiente poder aprender, o bien con videos sobre un tema, podríamos llegar al objetivo final en la transmisión del conocimiento.
Es por ello que la tecnología nos ofrece no sólo incorporar la enseñanza electrónica o e-learning sin necesidad de contacto docente-alumno sino que la posibilidad de interactuar en grupo junto al docente, e incluso a través de medios electrónicos como por ejemplo utilizando interacción presencial o bien por videoconferencia (B-Learning) ofrece mejores resultados no sólo en reducir el tiempo de aprendizaje ante la enseñanza de un tema, sino que el nivel de aprovechamiento personal y social de dicho conocimiento, es mucho mayor que con la enseñanza tradicional.
Nuestra propia experiencia nos dice que cuando compartimos un docente simultáneamente con muchos estudiantes, no tuvimos tan buenos resultados que cuando tuvimos clases en un grupo reducido compartiendo las clases con un mismo docente. Fixando es una plataforma online que ofrece a las personas encontrar profesores adecuados para tomar clases más fácilmente de acuerdo con las necesidades de los alumnos ya sea en forma individual como grupal.
La conclusión es muy simple. Los profesores conocen cómo ayudar a un estudiante si tiene a su cargo un grupo reducido porque las manifestaciones emocionales (timidez, alegría, entusiasmo).
Antes de transmitir un concepto, debe prioritariamente abrirse la puerta de las buenas emociones hacia el alumno. Después, los conceptos se fijan fácilmente. Todo resulta muy lógico, ya que tanto alumnos como docentes somos personas, no robots que funcionan con un mismo programa y bajo un mismo método de enseñanza. Todo esto queda mencionado en el informe Delors de la UNESCO (1998) respecto al papel de las emociones en la educación.
El perfecto equilibrio que debe existir entre la formación cognitiva y emocional de los docentes y la evaluación no sólo cognitiva sino emocional del estudiante, son conceptos íntimamente relacionados para mejorar cada día el propósito de la educación en nuestros tiempos.
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